Todos los mercados de renta variable sufrieron una corrección en octubre de entre el -5 y el -10 %, de modo que mientras que los mercados europeos ampliaron sus pérdidas, el estadounidense perdió casi todas sus ganancias de los primeros 9 meses de 2018, así como la fuerte resiliencia que lo caracterizaba hasta entonces.
A finales de octubre y a la espera de las elecciones de mediados de legislatura de EE. UU., creemos que vale la pena mantener una exposición significativa a la renta variable, por los siguientes motivos:
- unos niveles de valoración atractivos en relación con las medias históricas, de modo que los mercados de renta variable han entrado en situación de sobreventa (índice RSI<30);
- unos resultados de las empresas estadounidenses que confirman su crecimiento sostenido en 2018 (>+20 %) y 2019 (>+10 %), lo que asegura una rentabilidad de los recursos propios claramente superior al coste del capital, pese a las subidas de tipos de la Reserva Federal;
- unos mercados emergentes que parecen sobrevendidos desde los dos choques de abril y mayo. Este es particularmente el caso de China, pues la caída del yuan ha compensado en gran parte las subidas de los aranceles;
- unos flujos de capitales potencialmente positivos en la medida en que los niveles de efectivo disponible son elevados y las empresas van a poder poner en marcha de nuevo sus programas de recompra de acciones tras la temporada de publicación de resultados.
Asimismo, creemos que la mayoría de los riesgos políticos que amenazan a los mercados desde el verano —en particular, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la cotización del petróleo cerca de los 80 USD/barril, el elevado riesgo político en Europa (Brexit, déficit de Italia...)—ya se han identificado y están en gran parte integrados en una prima de riesgo de la renta variable que ha vuelto a sus máximos históricos, mientras que el mercado de deuda pública sigue relativamente inmune. Mientras que la corrección de febrero había seguido una fuerte alza de los tipos estadounidenses, este no ha sido el caso en octubre. Habida cuenta del crecimiento registrado de los resultados, la subida actual de los tipos no tendría que ser un motivo para abandonar el barco de la renta variable a los niveles de valoración actuales.
Más que una recuperación de los indicios macroeconómicos positivos, una relajación de la presión política es lo que podría contribuir al rebote de los mercados de renta variable, en particular después de las elecciones de mediados de legislatura. Una distensión del dólar sería favorable tanto para la recuperación del mercado estadounidense como para la rentabilidad de los emergentes.
En una fase de recuperación de los mercados, los sectores de tecnología, industriales, de materias primas y de bienes de consumo deberían de obtener las mejores rentabilidades.
(*) «Comprar en las caídas (del mercado)»