La acumulación de varios factores de tensión acabó por provocar un giro del mercado bastante brusco en términos históricos. Los mercados estadounidenses resultaron especialmente afectados en octubre: el S&P 500 registró su peor mes desde septiembre de 2011, con una caída de en torno al - 7 %.
En efecto, hay numerosos motivos de preocupación (reales o potenciales) en la actualidad: la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, el Brexit, Italia, las elecciones de mediados de legislatura en EE. UU., la temporada de anuncios de resultados, la desaceleración económica en China y Europa, etc. Y el catalizador ha sido una comunicación, en nuestra opinión torpe, por parte de la Reserva Federal estadounidense. Efectivamente, como en febrero, la rápida subida de los tipos en EE. UU. parece haber desencadenado esta corrección.
Algunos de estos riesgos parecen reales hoy en día: el crecimiento europeo y chino, así como la evolución futura de los problemas políticos actuales. Entonces, ¿tiene razón el mercado de inquietarse? Sí, pero solamente en parte.
En primer lugar, porque, en nuestra opinión, algunas de estas inquietudes son excesivas.
Efectivamente, una parte de la ralentización observada en Europa está relacionada con el sector automovilístico alemán, lo que no debería ser más que transitorio. La zona europea crecerá sin duda un 1,8 % en 2018, cifra que, si bien es inferior a lo previsto a principios de año, sigue por encima de su crecimiento potencial (que se estima en torno al 1,5 - 1,6 %).
La economía china se desacelera, pero las autoridades son muy conscientes de ello y hace varios meses que adoptan unas políticas más laxas para respaldar el crecimiento, siguiendo un esquema similar al de 2015-16. Hace una década que los mercados hablan del temor a un «aterrizaje brusco» de China, y hasta ahora no se ha materializado. ¿Va a hacerlo esta vez? No estamos seguros de ello.
En segundo lugar, porque en el mes de octubre también ha habido algunas buenas noticias:
- Las agencias de calificación no han rebajado la de Italia a high yield, lo que debería de contribuir a estabilizar los tipos italianos.
- Si bien es cierto que los resultados empresariales son parcialmente decepcionantes en Europa, siguen siendo muy buenos en los Estados Unidos, sin preocupaciones aparentes relativas a los resultados futuros.
- Por último, creemos que el tono de las discusiones políticas actuales (Brexit, Italia, incluso Donald Trump) es algo más suave.
Las fuertes caídas registradas en octubre también se deben en parte a una fuerte reducción del endeudamiento del sector, en particular del de los fondos de gestión sistemática. Ya escribimos acerca de este tema en febrero de este año, y el fenómeno presenta ciertas similitudes actualmente.
Por consiguiente, la fuerte caída de algunos mercados nos parece excesiva en consideración de sus fundamentos. Es el caso de la renta variable estadounidense, cuya valoración es actualmente bastante atractiva, así como de las tasas de inflación de equilibrio, que han resultado afectadas por el fuerte descenso del precio del petróleo durante el mes.
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